¿Un campo de concentración en Ronda? (Versión final)

Campos para doblegar al enemigo 

(Versión actualizada, mayo 2019)
Conviene aclarar a qué nos referimos al hablar de campo de concentración. Resultan inevitables las connotaciones que el término ha adquirido tras la segunda guerra mundial, hasta el punto de afirmarse que en España «no hubo campos de concentración durante la dictadura». Si bien los campos de concentración franquistas no son comparables con los campos de exterminio nazi, no puede negarse la existencia de un centenar y medio largo de instalaciones concebidas para la humillación y aniquilación ideológica de los republicanos. También conviene señalar que en este tipo de instalaciones no se respetaron en forma alguna las normas de la Convención de Ginebra de 1929 para el tratamiento de prisioneros de guerra que España había suscrito: carecían por completo de las más elementales condiciones de vida, la asistencia legal era nula y se ejercía una violencia desmedida y continuada sobre los internos. En resumen, lugares de hacinamiento, hambre, enfermedad, violencia y muerte1.

Usaremos la definición de campo de concentración franquista que aporta el profesor e historiador Javier Rodrigo en su libro “Cautivos”2: lugar de internamiento masivo, preventivo e ilegal establecido durante la guerra civil española por los militares sublevados para recluir a los republicanos en aras de clasificarlos, determinar sus supuestas responsabilidades criminales político-sociales, reeducarlos y reutilizarlos como mano de obra barata en una red de trabajos forzosos.

Javier Rodrigo analiza de forma global el fenómeno de los campos de concentración en la España de Franco. El libro aporta detalles precisos acerca de la organización, de los procesos de clasificación, de las prácticas reeducadoras y de la miserable vida que sufrieron centenares de miles de defensores de la República sujetos a una arbitrariedad y brutalidad extremas.

Inicialmente los prisioneros capturados por las tropas de Franco fueron confinados en cárceles, instalaciones militares o monasterios y conventos cedidos por la Iglesia (principal proveedora de edificios habilitados para prisiones). Sin embargo, a medida que el conflicto avanzó, estos lugares de reclusión quedaron totalmente colapsados y se usaron plazas de toros, campos de fútbol, castillos, cines, frontones, colegios, fábricas abandonadas o lo que fuera, siempre que estuvieran bien comunicados por tren y tuvieran abastecimiento de agua potable. Pero la situación se agravó con la progresiva caída de las líneas republicanas y sobre todo, con la finalización de la Guerra Civil; entonces la avalancha de prisioneros desbordó todas las infraestructuras disponibles y derivó en una situación caótica que llevó a la utilización de cualquier tipo de edificio para internar a los casi 500.000 prisioneros republicanos capturados y que habían de ser reeducados para ser admitidos en el proyecto “de la nueva España”.

Evidencias


La hipótesis de la existencia de un campo de concentración en la ciudad ha sido barajada por diversos historiadores sin que hasta ahora haya sido suficientemente documentada:

...varios campos de concentración fueron habilitados por la provincia: la plaza de toros de Vélez, un campo de concentración en Torremolinos, otro en Antequera-Campillos, acaso otro en Ronda y uno en Alhaurín el Grande3
Por fin, empiezan a conocerse evidencias documentales que no dejan lugar a dudas:

  1. Un salvoconducto fechado el 3 de Mayo de 1939 en cuyo membrete y sello figura la leyenda "Tribunal provisional del campo de concentración de Ronda"4. El documento autorizaba al prisionero portador del mismo a desplazarse hasta su pueblo de origen, al haber sido clasificado en el apartado D y por tanto, en libertad provisional por ser menor de 32 años y no tener antecedentes, según las instrucciones dictadas a las Comisiones Clasificadoras de Prisioneros y Presentados con fecha 12 de Abril del 39. (Ver cuadro 1)



  2. El Archivo General Militar de Guadalajara guarda entre su abundante documentación varias carpetas agrupadas bajo la denominación “Prisioneros de guerra internados en campos o depósitos de concentración, batallones de trabajadores y hospitales militares de prisioneros de guerra”5. El contenido de estas 6 carpetas son los expedientes y listados de un gran número de prisioneros con sus datos de filiación en estadillos mensuales o quincenales confeccionados por la Guardia Civil. En ellos se hace constar, en mayor o menor medida, las acusaciones o sospechas sobre su condición política o social, actuaciones durante la guerra, pertenencia a sindicatos o partidos políticos, encuadramiento en unidades republicanas, así como campo, batallón o prisión donde se encuentra. Y también se anota si están pendientes de clasificación por falta de avales o a la espera de Consejo de guerra.
    En el listado correspondiente a la carpeta número 2, que data de Septiembre de 1939, figuran los nombres de 1728 prisioneros internados, entre otros, en el campo de concentración de Ronda. 

  3. Legajos de expedientes personales de prisioneros de campos de
        concentración y batallones disciplinarios en el Archivo General
        Militar de Ávila
  4. El Archivo de la Real Maestranza de Caballería de Ronda conserva un oficio de la Comandancia Militar de la ciudad, fechado el 11 de Abril de 1939, donde dice lo siguiente: “Necesitándose para las atenciones del campo de concentración de esta Plaza, la Plaza de Toros y locales anexos a la misma, ruégole disponga se haga entrega de ellos a esta Comandancia...”.

    Prisioneros republicanos en una de las muchas plazas de toros de España en 1939
    Es bastante probable que el requerimiento de la Comandancia Militar fuera atendido por la Real Maestranza teniendo en cuenta que los militares ostentaban en esos momentos la máxima autoridad en la ciudad, muy por encima del Ayuntamiento que en esa fecha se limitaba a funciones administrativas.6

  5. Ronda aparece citada en la minuciosa relación de los campos de concentración franquista del artículo de Javier Rodrigo, “Internamiento y trabajo forzoso: los campos de concentración de Franco”7. En esa lista negra aparece como campo destacado y creado en 1939. Ronda también es citada dos veces en el libro “Cautivos” del mismo autor: una, en un listado con los campos y número de prisioneros del Ejército del Sur en marzo de 1939 que se reproduce parcialmente en la siguiente tabla:


    La segunda cita dice:
    (...) En Ronda se había instalado con la mayor brevedad un centro de internamiento a las órdenes de las auditorías de guerra y bajo la supervisión del servicio de Inspección de Campos de Concentración de Prisioneros.”8

¿Dónde pudo ubicarse?

Algunas fuentes orales sitúan el campo de concentración rondeño en las cercanías de la Dehesa, aunque sin concretar más su localización. Esas mismas fuentes sostienen que en dicho campo de concentración se internaron hasta 2000 personas y que funcionó por espacio de un año, lo que coincide con las investigaciones del profesor Rodrigo.

Nombres propios

Los campos de concentración fueron ideados para internar a una gran masa de presos de guerra, pero no de las personas oriundas de los pueblos aledaños, sino de los republicanos capturados en las zonas de combate y llevados a retaguardia para la clasificación y la depuración como ya se ha dicho.

Este fue el caso por ejemplo de Virgilio R. G., el portador del salvoconducto citado en la evidencia número 1. Él era natural de Granátula de Calatrava (Ciudad Real) y en el momento de su liberación provisional se le permite ir a su pueblo con la condición de presentarse en la Comandancia Militar, Ayuntamiento o puesto de la Guardia Civil, como puede leerse en el documento.

En el caso de algunos rondeños, José G. T., combatió del lado de la República y fue capturado en Levante. Desde allí fue conducido a pié hasta la plaza de toros de Baza donde se le clasificó como desafecto y enviado a uno de los Batallones de Trabajadores Penados de Tarifa, estuvo tres años de trabajos forzados en la construcción de parapetos en la carretera de Facinas; posteriormente hubo de cumplir otros tres años de servicio militar en el Ejército de Franco antes de regresar a Ronda donde se encontraría estigmatizado y sin trabajo.9

Los hermanos Juan y Miguel G. R., corrieron desigual suerte. Pasaron la guerra en Valencia, trabajando en una fábrica de obuses para el gobierno republicano. Al terminar la contienda vuelven en tren a Ronda. Pero son detenidos en la estación por el cabo de la Guardia Civil Emiliano D. R. y conducidos a un campo de prisioneros en la Dehesa de Ronda. Juan consiguió avales y quedó en libertad, sin embargo Miguel fue condenado a trabajos forzados en el Batallón de Trabajadores Penados de Tarifa. Posteriormente, también tuvo que cumplir el servicio militar.10

Por su parte, encontramos más presioneros rondeños en la carpeta 5 del Archivo de Guadalajara, correspondientes a la relación de Marzo de 1940:

  • Enrique T. G. de 21 años, soltero, panadero, hijo de Juan y Ana, natural y vecino de Ronda. Desertó de las filas Nacionales al Ejército rojo. Se le instruyó atestado que se entregó a la Comisión Clasificatoria del Campo de Portaceli.

  • José R. R., de 27 años de edad, soltero, jornalero, hijo de Juan y Rosa, natural y vecino de Ronda, del Batallón de Trabajadores nº. 211. Afiliado a la CNT. Acusado de haber formado parte de los grupos que destruyeron la Iglesia. Prestó servicios de guardia armado, en diferentes puntos de la población. A disposición del Sr. Auditor de Guerra del Campo de Gibraltar.


  • Salvador G. T., de 30 años de edad, casado, albañil, natural y vecino de Ronda, hijo de Francisco y Carmen, del Batallón 162. Afiliado a la CNT. Al ser liberado su pueblo huyó a Valencia. Hizo guardias con armas tomando parte de la detención del encargado del cortijo ”Ronda la Vieja”, Sr. Lebrón, que más tarde fue asesinado, culpándosele también de este asesinato. A disposición del Sr. Juez Auditor de la Subinspección Regional de Prisioneros de Barcelona.

Prisioneros republicanos obligados a cantar el "Cara al sol"
saludando a la bandera en un campo de concentración

 Fuentes documentales

Los campos de concentración son una realidad poco y mal conocida. En parte, porque la documentación existente no ha estado disponible hasta ahora11 y en parte, por un deseo evidente de ocultación y negacionismo impuesto por las autoridades.

Lamentablemente, esa ocultación se sigue practicando hoy en día en algunos archivos militares; primero, dificultando enormemente el acceso a la información, siendo prácticamente imposible su consulta si no es de forma presencial y segundo, camuflando su existencia. Por ejemplo, no es posible encontrar información acerca de “campos de concentración”, en cambio podremos acercarnos algo si buscamos por “depósito de prisioneros o desafectos” (en la terminología empleada en el Archivo de Guadalajara, por caso).

Sin embargo, los avances en los estudios historiográficos son imparables y en la mayor parte de los casos vienen de la mano de un rigor metodológico imprescindible para evidenciar uno de los aspectos fundacionales de la dictadura franquista: la expiación de la culpa y la redención a través del trabajo esclavo de los republicanos.

Insto a los lectores interesados a ver el documental “Los campos de concentración de Franco”, emitido en Mayo de 1999 por la 2 de TVE en el programa Línea 900, y que supuso un punto de inflexión en el conocimiento de los archivos y la realidad de los campos. Algunas imágenes de este artículo proceden de fotogramas capturados del mismo. Acceso en la página web: http://www.rtve.es/alacarta/videos/altres-programes-darxiu/linea-900-els-camps-concentracio-franco/523108/#

Lugares para la Memoria

En general, el desinterés de las administraciones ha mantenido en el olvido a estos campos de concentración y centros de internamiento de trabajadores esclavizados (ni siquiera una placa recuerda en el Valle de los Caídos en qué condiciones y quienes construyeron el mausoleo de Franco). Sin embargo, esta práctica memoricida tan española es una oportunidad perdida: estos lugares de la Memoria no deberían ser escondidos o destruidos porque son representativos de una realidad y forman parte de nuestra Historia. De esa que es preciso, nos guste o no, tener presente, aprender de ella y asimilarla para no repetirla.

Agradecimientos y aclaración:

Este artículo ha sido posible gracias a la desinteresada colaboración de varias personas entre ellas: Francisco Moreno Jiménez y el Foro por la Memoria de Guadalajara y también, a la obstrucción de otras muchas que me han espoleado a mostrar los datos que aquí se recogen.

Este es un trabajo menor, que tan sólo aspira a llamar la atención sobre la existencia de un campo de concentración franquista en nuestra ciudad. Debe entenderse como un trabajo de investigación periodística, no histórico.

Cuadro 1:

Inicialmente la Orden General de Clasificación de prisioneros y presentados (léase desertores) fue dispuesta por Franco en Salamanca en 1937. En las instrucciones se establecían unas comisiones encargadas de valorar si el desertor o prisionero era leal o por lo menos fiable para su destino al ejército de la siguiente manera: los clasificados como afectos al golpe de estado o los que fueron obligados a servir en las filas republicanas al ser llamados por su reemplazo, quedaban en libertad y eran destinados a las cajas de recluta si estaban en edad militar. Lo mismo les sucedía a los que siendo voluntarios del Ejército Popular se pasaban las líneas nacionales esperando acogerse a los beneficios de los panfletos de propaganda que instaban a la deserción12.

Los que no pudieran acreditar su adhesión o fueran voluntarios del ejército popular quedaban internados en los campos de concentración a la espera de los avales del cura, el alcalde o el jefe de falange de su pueblo para su clasificación definitiva. Por último, los jefes y oficiales y los que tuvieran responsabilidad social, política o común, se les recluía a la espera de consejo de guerra, por lo general sin garantías jurídicas de ninguna clase.

Aval firmado por el Alcalde y Jefe de Falange reconociendo la adhesión al
"Glorioso Movimiento Nacional" de un prisionero
 A partir de estas instrucciones generales de clasificación de los presos en campos y prisiones habilitadas se decidía el destino de miles de personas según las siguientes posibilidades:

A) Prisión. Aquellos con antecedentes, denuncias o bajo investigación por delitos de sangre. El jefe del campo los ponía aparte y a disposición de la Auditoría de Guerra.

B) Permanecer en el campo para formar Batallones de Trabajadores. Aquellos con antecedentes desfavorables no constitutivos de delito.

C) Permiso Provisional. Mayores de treinta y dos años sin antecedentes.

D) Libertad Provisional. Menores de treinta y dos años sin antecedentes.

Notas

1 “Se calcula que entre 1939 y 1944 unas 140.000 personas fueron ejecutadas o murieron en prisión. La causa fundamental, fue la combinación de las ejecuciones legales, tras un Consejo de Guerra rápido, y las extralegales, fundamentalmente en las sacas y paseos. Pero resulta muy difícil separar las ejecuciones de las muertes de presos por «causas naturales», ya que el hambre, las enfermedades y las condiciones de trabajo hicieron verdaderos estragos entre la población penitenciaria.” La política penitenciaria del franquismo y la consolidación del Nuevo Estado. Gutmaro Gómez Bravo. Consultado en línea el 16 de Mayo de 2017.

2 “Cautivos. Campos de concentración en la España franquista 1936-1947”, Javier Rodrigo. Editorial Crítica, 2005.

3 "Fuera del reino de la cordura... represión en Málaga, 1937-1939". Encarnación Barranquero Texeira. En la revista Represión franquista de Andalucía editado por la Asociación Memoria Antifranquista del Baix Llobregat. 2011. Otras citas en: “Málaga 1937. El año de Némesis”, de Lucia Prieto. “Entre el cielo y la tierra. La represión franquista en Málaga”. Manuel Morales Muñoz. Baetica. Universidad de Málaga. 2008.

4 "Memorias de Ronda", Faustino Peralta. Nro. 7, Marzo 2011, pp. 67. Número especial dedicado a la Guerra Civil en Ronda.

5Prisioneros de guerra internados en campos o depósitos de concentración, batallones de trabajadores y hospitales militares de prisioneros de guerra”. Archivo General Militar de Guadalajara. Listados de prisioneros, caja 1, carpetas 1 a 6. F. J. López Jiménez. Marzo 2004. Consultado en línea el 23 de Febrero de 2017.

6 Desconozco si hubo respuesta a esta solicitud, aunque los testimonios recabados dan por hecho su utilización.

7 “Internamiento y trabajo forzoso: los campos de concentración de Franco”, Javier Rodrigo. Consultado en línea el 20/Febrero/2017.

8 Quizá alguna persona con más perseverancia que yo pueda acceder a este documento en el Archivo General Militar de Ávila - Cuartel General del Generalísimo, Armario 1, Legajo 58, Caja 26 (AGMA-CGG, A1, L58, C26)

9 Testimonio oral propio.

10 Testimonio oral de un familiar.

11 La documentación básica para el estudio de los campos de concentración está depositada en los Archivos Militares Generales, en particular en los de Ávila y Guadalajara; si bien, hay cierta documentación en poder de la fundación Francisco Franco cuyo único propósito es poner trabas y distorsionar el estudio de cualquier asunto relacionado con la dictadura. Consultar el artículo: “Archivos y fuentes documentales del mundo concentracionario y penitenciario español”, Manel Risques, en el libro: “Una inmensa prisión”, C. Molinero, M. Sala y J. Sobrequés, eds. Editorial Crítica. 2002.

12 “Desertores. La Guerra Civil que nadie quiere contar”. Pedro Corral. Editorial Debate. 2005.

1 comentario:

  1. Es hora que en Ronda se vayan conociendo datos sobre lo que ocurrió en la posguerra y dejemos atrás los relatos de los vencedores que en la mayoría de los casos son relatos falsos.
    Gracias Coco

    Ma.Auxiliadora Marín Badillo

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